La estimación preliminar de la oficina del USDA en Buenos Aires proyecta una cosecha argentina de maíz 2024/25 de 48,0 millones de toneladas, mientras que el último informe oficial del organismo estadounidense menciona una cifra de 51,0 millones.
Sin embargo, debido al elevado stock inicial del maíz en el ciclo 2024/25, los técnicos del USDA en Buenos Aires prevén que la oferta total del cereal se mantendrá casi sin cambios con respecto a 2023/24.
En se marco, las exportaciones previstas para la nueva campaña, que comienza en abril de 2025, son de 35,0 millones de toneladas versus 34,0 millones en el ciclo comercial vigente.
La estimación realizada por la oficina porteña del USDA se encuentra bastante cercana a la proyección preliminar confeccionada por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que prevé la posibilidad de una cosecha argentina de maíz de 47 millones de toneladas en 2024/25.
“Las exportaciones de maíz en la campaña comercial 2023/24 se estiman en 34 millones de toneladas, dos millones más que las previstas oficialmente por el USDA como resultado de una oferta algo mayor y un consumo interno menor que la proyección oficial del organismo”, señala el informe firmado por el analista Kenneth Joseph.
“Con una cosecha de maíz abundante prevista para la campaña comercial 2024/25, la mayoría de los productores querrán vender la mayor parte de su maíz antes de que llegue la nueva cosecha en marzo de 2025. Si quieren tener existencias de granos como reservas, lo más probable es que almacenen soja, que normalmente tiene una demanda decente durante todo el año y muchas veces tiene precios superiores debido a la fuerte demanda de la industria aceitera que necesita llenar sus plantas durante todo el año”, añade.
El dato es que el consumo interno de maíz en la campaña comercial 2024/25 se prevé en 14,5 millones de toneladas, un 11% menos que el volumen contemplado en el informe oficial del UDDA.
“Se espera que prácticamente todos los sectores productores de proteínas cárnicas se recuperen de un año flojo en 2024, el cual resultó afectado por una fuerte recesión económica y un clima seco. Sin embargo, el aumento esperado en la producción de sorgo y burlanda de maíz (DDGS) como producto de la creciente producción de bioetanol, podría hacer que el consumo de maíz disminuya marginalmente”, argumenta el informe.
De todas maneras, el documento aclara que el consumo de maíz es muy difícil de medir con precisión debido a sus múltiples usos, diferentes formas de consumo y volúmenes significativos de autoconsumo.
Apuesta: Los que sembraron maíz en la zona núcleo pampeana por el momento tienen las mayores probabilidades a su favor |